Mi madre y Linux (Actualización)

Este es un artículo escrito por mi amigo y colaborador Pablo N. No he dejado el blog ni nada :P, si quieres saber más revisa aquí.

Antes de empezar, quisiera pedir disculpas a los lectores porque deberé atrasar un poco la 2° parte de «Mi ubuntu», debido a que  perdí todo lo que tenía avanzado por un problema de mi batería que me forzó a formatear el portátil (ya hablaré de eso más adelante) y sobretodo debido a que he tenido una semana difícil tanto en lo académico como en lo personal.

Para compensar, les contaré una historia que no deja de sorprenderme, y que es un ejemplo para todos los usuarios que consideran que Linux es un terreno imposible de entrar y que sólo es para «computines».

Mi madre, profesora de más de 20 años de experiencia, sacrificada como ella sola (hace patria haciendo clases en un sector limítrofe con Argentina a 4 alumnos… ), y usuaria de Windows de toda la vida, me llama por teléfono hace 1 semana (destacar que estamos separados por casi 700 kms.):

– Pablo, tengo problemas con el computador. Tengo un troyano y no puedo ejecutar ningún programa. Además trato de formatear y no me deja.
– Mmmmm – Dije yo. Comprendan que a la distancia, y si te dicen algo así, no tienes mucho más que decir. Además, con 1 millón de virus, troyanos y spywares, deducir cuál produjo el problema es un poco difícil.
– Trata de hablar con Gonzalo (el típico amigo que tienes que sabe de computación y al que recurres ante cualquier problema) y ve qué solución te da.
– Vengo de hablar con él; ya lo revisó y dijo que ya no hay nada más que hacer. Me recomendó que lo llevara al servicio técnico para que lo vean ellos
– Lo siento, pero en esta situación poco o nada te puedo ayudar.

Corté, y luego de un momento pensando la situación, se me ocurrió algo… ¿y si instala Linux?. Me río sarcásticamente y pienso, ¿y cómo lo puede hacer?. No es porque considere a mi madre poco docta en computación; al contrario, sabe harto para ser una profesora que ha tenido sólo 1 curso de computación (corrijo, de Windows, porque así es hoy en día los cursos en este país) y un profesor alterado que no sabe enseñar (me refiero a mí mismo…); además si sumo el hecho que todos los programas que otorga el MINEDUC aos profesores y alumnos están basados en Windows (algo terrible, si piensas que estás criando a una generación que sólo sabe ocupar ese sistema operativo), me resultaba algo complicado pasarle un programa que probablemente no le serviría.

Pasó 10 minutos y pensé: no tengo nada que perder. La llamo y le digo:

– Oye ¿ y si le pones Linux? No tienes nada que perder
– Bueno – Esa respuesta me sorprendió demasiado. No sé si fue por resignada o para que la dejara de molestar

– ¿Qué hago?

Le indiqué dónde estaba el cd de Kubuntu 7.10 y cómo iniciar la instalación,y que ante cualquier problema me avisara. Nada más. (recalco que soy un pésimo profesor. No tengo los genes).

Corté y pasaron 40 minutos. Yo pensaba que ya mi madre se había rendido y había dejado el proyecto, así que la llamé:

– Oye, ¿y qué pasó?¿por qué no me has llamado?
– Porque no te necesito todavía. Si ya estoy en la mitad de la instalación
La respuesta me impactó. No le costó nada el instalarlo.
Pasó 1 hora, y le llamo para ver si tiene algún problema con kubuntu. Me dice que no sabe dónde están las cosas y no sabe como instalar la impresora; le indico donde está konqueror y el panel de control, el OpenOffice lo encuentra ella sola. Me advierte que no puede guardar en el formato .doc, y le enseño cómo hacerlo. No le reconoce el módem (situación que tengo que arreglar yo).

Le mando por mail los códecs para reproducir vídeo y audio, y asunto arreglado. Exceptuando el módem, la instalación fue un rotundo éxito. No he recibido las típicas quejas de que «no śe como se ocupa», o «es muy difícil». Tampoco decepciones, ni nada por el estilo.

De esta forma, una usuaria común y corriente que nunca había tenido el más mínimo contacto con Linux (a excepción de su hijo), es capaz de instalarlo y ocuparlo sin mayores dificultades. Después de esta historia, nadie puede decir que Linux es difícil.

ACTUALIZACIÓN

El Lunes 28 de Abril. Después de una semana copada de pruebas y, por supuesto, una FLISOL exitosa, me dediqué a buscar el problema que molestaba: el «módem».

Bueno, resulto que el «módem» no era nada módem, sino una conexión de red, así que la solución era sencilla. Pero pasé al segundo prejuicio ¿cómo le digo a mi madre que no le tenga miedo a la consola?

Calentándome la cabeza con este asunto, suena el celular. Era mi madre.

– Oye, encontré la forma de activar la conexión.

– Justo llamaba para avisarte que ya la activé.

– ¿Y cómo?

– Ya que tú no me habías dicho nada, busqué en google, pinché el primer link que encontré y seguí los pasos

– Pero deberías haberme preguntado antes, si hubiera pasado algo…

– Pablo, el autor de la página (que no sé cuál es), escribía que era súper fácil de solucionar.

La situación me impactó… ¡Aparte de instalar Linux sola, buscó una solución por ella misma, y fue capaz de encontrarla!. Eso es un digno ejemplo para todos nosotros como usuarios y como personas.

Así que el único problema que interfería se ha acabado. Bueno, así se acaba la historia de alguien que es proactivo y que no se queda con la decepicón de un error, sino que se esmera por buscar una solución.